Ponerse en forma
Te has repetido lo mismo una y otra vez: “Esta vez me apunto al gimnasio“. Siempre es el primer objetivo de la lista con la excusa de esos “kilitos” de más que el estupendo verano te ha regalado. De hecho, hay una curiosa a la par que extraña relación entre el peso que has ganado y lo mucho que has disfrutado.
Comer más sano
Está estrechamente relacionada con la anterior. Como consecuencia de los helados, paellas, cervezas, tapas, e infinidad de caprichos que te has permitido, llega el momento de darle tregua al organismo y empezar a comer mejor. Dieta verde, la dieta del arroz, la dieta del pollo a la plancha, cualquiera es válida. Cuando lleves una semana comiendo lo mismo maldecirás ese día de verano que decidiste que “ya llegará septiembre para cuidarse”. Pues, ¡¡hola septiembre!!
Fomentar tu vida social
Tienes muchos amigos, muchísimos, pero qué pereza da salir de casa los días de invierno. Todos los años te pasa lo mismo. Tú quieres salir, tus amigos te han propuesto un buen plan, pero el campo gravitatorio de tu sofá es poderoso y siempre acaba atrayéndote a su núcleo.
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