Y es que, durante el invierno, los petirrojos que ya están asentados aquí, reciben la visita de sus colegas que migran desde zonas más frías de Europa buscando mejores climas. Viajan de noche y descansan reponiendo fuerzas durante el día, ahora resultan más amigables y curiosos, acercándose cuando estamos ocupado removiendo tierra o haciendo tareas en el exterior. Durante la primavera no son tan sociables, es la época de cría y ahí no se permiten las bromas aunque, también cuando nos encuentre «jardineando» se acercara en busca de lombrices, hormigas, escarabajos y arañas diminutas.

Escribía Zenódoto de Éfeso, primer bibliotecario de Alejandría, que en un sólo arbusto no podían caber dos petirrojos, tanto la hembra como el macho de la especie son tremendamente territoriales. Utiliza su pecho anaranjado como señal de aviso, junto a sus trinos, cuando algún intruso de su especie penetra en su espacio. Si el forastero insiste en quedarse, el petirrojo se acercará a él y exhibirá la mancha de su pechó en toda su amplitud. Ante tal demostración, el visitante, psicológicamente afectado, huye por lo general en inferioridad psicológica de condiciones huye, por lo general, sin llegar a mayores. En invierno  ahuecan sus plumas, generando una capa de aire caliente que les protege del frío. Y es a finales del invierno cuando se forman las parejas.  El macho espera en su territorio la llegada de la hembra que, posada en algún arbusto al límite de la propiedad del «galán». espera emitiendo unos tímidos sonidos, el macho responde altivo simulando que la confunde con algún intruso amenazante. Ella responde, amenazante también, y tras unas palabra más alta que otra,  reconciliados, deciden recorrer juntos el territorio del macho.

Es el primer pájaro que se oye en el bosque, sin haber amanecido completamente y de los últimos en «cerrar el pico» cuando llega el anochecer. Trae  la buena suerte y simboliza los cambios, positivos, que tendrán lugar en nuestras vidas. Un precioso cuento irlandés narra que, «para avivar el fuego que calentaba al Niño Jesús en el portal, un pequeño pájaro marrón aleteó de forma incansable hasta que las llamas le quemaron el pecho, que se quedó rojo para siempre». En una votación popular publicada por The Times en los años 60, los británicos, adoptaran al Petirrojo como el ave nacional y  en 2015,  fue votado nuevamente como ave nacional de Gran Bretaña en una encuesta organizada por el observador de aves y divulgador en televisión David Lindo, con el apoyo de la RSPB, obteniendo el 34% de los votos finales (213.000 votos recibidos).

Estos son los nombres con los que en diversos lugares se denomina a nuestro raitán asturiano, papina llanisca…Petirrojo – Txantxangorri – Papo rubio – papu colorau – papu bermeyu –  pit-roig – Raitana – Robín – Pettirosso – paporroibo de Galicia

 

Fuentes

petronor.eus / avesdegozon.blogspot.com / docnatureblog.blogspot.com

Fotografía

Google / Archivo Selva Asturiana

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies

Pin It on Pinterest