Dejar de lado la comodidad de seguir instrucciones y vivir por nosotros. Descubriremos que es una sensación que nos llena y no querremos dejarla.
Desarrollar nuestras habilidades, labrar nuestro futuro, dedicar tiempo a nuestras aficiones, hacer amistades con gente buena, viajar, mirar a nuestro alrededor para disfrutar de las pequeñas cosas, y sobre todo cuidarnos y amarnos como nos merecemos.
No pretender ser perfectos, los “perfectos” nos intimidan y despiertan una sensación de amenaza latente. Ser infalibles los pone en un plano que nos impide reconocerlos como personas cercanas. Recordemos que las personas sentimos mayor simpatía por aquellos que son más eficientes, pero de vez en cuando cometen errores.
Permitir marchar a nuestras lágrimas, Guardar dentro de nosotros lo que nos angustia nos puede producir un profundo malestar dejemos que las heridas se evaporen y se cierren con cada gota que se deslice y no tengamos miedo nunca de nuestro llanto.
Leer, leer mucho porque los libros esculpen nuestra mente de maravillosos referentes que le ofrecen sentido a nuestra vida, que conforman nuestras aficiones y que envenenan nuestras horas de placer, de evasión de los pequeños dramas del día a día, gracias a ellos entendemos la belleza de las tardes de lluvia tumbados en el sofá viviendo con misterio la aventura de una vida que no es la nuestra.
Disfrutar y aprovechar esos instantes en los que te sientes uno con el universo, en donde no existe nada más que lo que tienes a tu alrededor y sientes como si el mundo comenzara y terminara ahí mismo donde estás.
Documentación: La Mente es Maravillosa
Fotografía.- Selva Asturiana