Echando la vista atrás y después de repasar los recuerdos entrañables, lúcidos y lúdicos de la Mina de Bolao, nos encontramos con la secuencia en  datos de lo que fue aquella explotación a cielo abierto en su última etapa. En la primera quincena de noviembre del 52 se presenta un escrito ante el Distrito Minero de Oviedo, el de Asturias tenía encomendadas distintas funciones auxiliares y administrativas concernientes al fomento de la industria minera, la inspección y policía de minas y canteras, la elaboración de estudios, trabajos y análisis geológicos y la regulación de las labores mineras en el ámbito territorial de la provincia. Las mencionadas funciones estaban a cargo de miembros del Cuerpo Facultativo de Minas del Estado y permanecieron casi inalteradas desde la promulgación del Real Decreto de 26 de junio de 1895, del Ministerio de Fomento, de reglas para el despacho de asuntos de minas, hasta su asunción definitiva por las Delegaciones Provinciales de Industria. En el escrito que mencionamos dirigido al Ministro de Industria,  se solicita un permiso de investigación de mineral de hierro que se denominará «Mina Bolao» designándose como «punto de partida el extremo norte del muro que divide en dos el pozón de las minas de Bolao cuya gran excavación a cielo abierto está actualmente llena de agua hasta el borde superior de dicho muro y cuya labor minera se halla en el paraje de Bolao y pueblo de Soberrón, de la parroquia de Llanes«. Cuatro días más tarde continúan los trámites acompañando la carta de pago correspondiente a los gastos de demarcación por importe de 1.548 pesetas a que ascendía el 90% del depósito reglamentario. Un año después, en Enero de 1953 se elabora una Memoria sobre las labores de investigación; «… según referencias verbales de algunos obreros que han trabajado en esta mina (ya explotada anteriormente) hace unos cuarenta años, el criadero de esta mina está formado por una bolsa ramificada de mineral de hierro en la caliza -a nuestro juicio de montaña- que han explotado en el paraje conocido por «Pozón de la mina Bolao», cuyo pozo es la excavación que hicieron los anteriores dueños de esta mina para explotar la citada bolsada de hierro. La bolsada quedó en parte sin explotar y como las muestras de hierro que se han recogido son muy buenas, es por lo que se hace esta investigación minera. Este permiso de investigación comprende los lugares de Soberrón, El Ribazo, Larnia y otros de la parroquia de Llanes, a unos 3 kilómetros de esta estación, pasando el F.C. de Oviedo a Santander a unos 400 metros del lugar de la explotación que se piensa hacer.«

«Primeramente se proyecta hacer el desagüe de la excavación existente que se calcula en unos 25.000 metros cúbicos por medio de una bomba accionada por motor de gasolina de 7 H.P. y luego se hará un pocillo siguiendo hacia abajo la veta del mineral más ancha, cuyo pocillo se bajará 10 metros con una sección de 1 m. x 1.60. De este modo se comprobará la continuación del criadero antes de solicitar la concesión minera.» El presupuesto de estas labores de investigación se desglosa de la siguiente manera:

PPTO

En la segunda quincena del mes de Enero se admite la solicitud del permiso de investigación y se abre el período de información mediante anuncios fechados en Marzo del mismo año para publicar en el Boletín Oficial de la Provincia y para ser expuestos al público por el Ayuntamiento de Llanes. A punto de finalizar el año,el Ingeniero jefe del Distrito Minero de Oviedo emite un informe dando conformidad al plan de labores y al presupuesto indicado para el primer año de investigación y manifiesta que «La formación pertenece en su totalidad a la caliza de montaña base del terreno carbonífero que en esta parte de la provincia descansa directamente sobre la cuarcita siluriana. En dicha caliza y dentro del perímetro demarcado se observan manifestaciones de mineral de hierro en forma de bolsadas una de las cuales muy importante se explotó parcialmente con anterioridad viéndose hoy inundadas las excavaciones que entonces se hicieron para su explotación a cielo abierto. (…) No han sido observadas dentro del perímetro demarcado ni en sus inmediaciones manifestaciones de pizarras bituminosas así como tampoco de rocas hipogénicas que permitan suponer la existencia de minerales de uranio u otros radioactivos, tampoco se advierte la presencia de hidrocarburos fluidos, sustancias reservadas a favor del Estado.«

Un año después, en noviembre del 54 se concede, por fin, el permiso de investigación solicitado «sin imposición de condiciones especiales, haciendo constar únicamente en el otorgamiento, que dicho permiso está situado en zona reservada por el Estado para rocas bituminosas, minerales radioactivos e hidrocarburos fluidos.» Hasta el año 1956 no vuelve a aparecer constancia documental… Ahí seguiremos…

LAS FOTOGRAFÍAS APORTADAS CORRESPONDEN AL ASPECTO DEL AGUA DEL «POZU DE LA MINA» PREVIO A SU LIMPIEZA.

 

 

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