Para todos son bien conocidas las salamandras, resulta fácil verlas aparecer bajo una piedra o un tronco y observar como permanecen quietas con su lomo escurridizo negro y amarillo. Seres maléficos en los recuerdos de infancia, arropados por viejas leyendas. Qué lejos estábamos de saber que aquellas criaturas fueron consideradas las primeras hadas de la antigüedad.

Las primeras referencias a esta relación aparecen en al mitología griega en la leyenda que cuenta la aventura de Prometeo, el Titán amigo de los mortales, cuando robó el fuego a los dioses para entregárselo a los humanos. Zéus se lo había quitado como castigo, pero el fuego estaba en las profundidades, y fueron las salamandras, las hadas más antiguas, anteriores incluso a los propios dioses, las que lo rescataron de allí y lo trasportaron a la superficie, al mundo conocido. Decían de ellas  que poseían la llave del arca que oculta el misterio de la vida y la muerte.

También Aristóteles hizo referencia a las «cualidades» extraordinarias de la salamandra que era capaz de apagar el fuego caminando sobre él. Leonardo da Vinci lo confirmó y elevó a este animal al nivel de uno de los elementos fundamentales. Los egipcios y luego los judíos, manifestaron el arquetipo de la Salamandra en su versión astral como el elemental del sur, y su figura sería la representación del elemento Fuego. De esta manera la Salamandra ingresó  en las ceremonias religiosas y místicas de la antigüedad.

La imagen de la salamandra no siempre se asoció al mal, en heráldica la salamandra representa al valor y al amor y también se la considera como la personificación de la constancia y el coraje en la adversidad.

A pesar de ello la mala fama ha acompañado tradicionalmente a las salamandras, en Asturias y en el norte de la Peninsula Ibérica, demostrado queda en los dichos populares que hacen referencia a las sacaveras, a las que se les atribuye la capacidad de matar de un sólo mordisco.

– «Mordedura de sacavera nun espera misa entera»

– «Si te muerde una sacavera, nun y-da tiimpu al cura a encender una vela» (concejo de Aller)
– «Esquirpión y sacavera ni la confesión esperan; sacavera y esquirpión no esperan confesión»

– «Si te pica la sacavera, prepara la pala y la batedera” (Laciana, León)

– «Si te pica la sacavera reza y compra cera». (Omaña, León)

 

 

DOCUMENTACIÓN.–  u-topia1.blogspot.com / aminoapps.com / conlamenteabierta.wordpress.com//salamandras-las-hadas-del-fuego/ naturalezacantabrica.com

IMÁGENES.- Google / Selva Asturiana

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