Cualquier estación es buena para tomar contacto con  los bosques asturianos,  como seres vivos ofrecen diversos aspectos conforme la época que vivan, sin embargo y puestos a recomendar una estación del año nos atrevemos a sugerir el otoño.
Finales de Octubre y principios de Noviembre son los momentos estrella de la temporada silenciosa, mágica,que se insinúa en  ocres y rojos, sienas tostados, dorados refulgentes al rayo clandestino del sol. Melancolía y nostalgia que nos atrapan entre abrazos desnudos de troncos impúdicos.
Una parte importante del territorio asturiano está cubierto de bosques en su mayoría autóctonos, hayedos, carbayeras, encinares, bosques de ribera… Conformando una suerte de Selva Asturiana.
Árboles centenarios en muchos casos de extraordinaria belleza que envueltos en el orbayu o en la niebla no deben disuadirnos de su contemplación ya que sin esa humedad no existirían.


En el ciclo de la vida todo tiene un por qué, nada es casualidad.


 

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