El rusco es una especie perenne con tallos de hasta 1 metro.
Se caracteriza por la presencia de ramas transformadas en hojas, llamadas filoclados, que portan las flores y los frutos en la fructificación por lo que parece que estos salen directamente de las hojas.
Las hojas en realidad son tan pequeñas que pasan inadvertidas y de su axila nacen los filoclados. Toda la planta hace la fotosíntesis a excepción de las hojas verdaderas que se desprenden rápidamente. Las flores son pequeñas, verdosas o violáceas, situadas en el centro con seis tépalos en dos verticilos; las femeninas son tricarpelares con ovario súpero mientras las masculinas tienen tres estambres soldados por los filamentos, la polinización se hace por medio de los insectos (entomógama); florece en invierno y en primavera, mientras que en otoño e invierno, en las plantas femeninas, aparece el fruto en forma de baya roja de 10 a 12 mm de diámetro con dos semillas y que destaca sobre el verde oscuro de la planta; la diseminación se hace por medio de las deposiciones de los animales que comen los frutos (endozoocora).
Flores: son de color verdoso-blanquecino y no son muy llamativas.
Frutos: bayas globosas de un color rojo muy atractivo que da buen efecto decorativo.