Es un arbusto o arbolillo que puede alcanzar los 8 m de altura, pero es frecuente encontrarlo con menor talla. Corteza grisácea, más o menos lisa. Otras ramas menores tienen la corteza pardo-rojiza y con unos pequeños puntos – lenticelas – grisáceos. Las ramillas más finas suelen tener un cierto indumento, sobre todo hacia el extremo. Hojas simples y alternas. Pecíolo corto y tomentoso. Limbo amplio, de 5 a 10 cm de longitud, redondeado o algo más ancho en la mitad superior, acorazonado y simétrico en la base (véase Ulmus glabra) y generalmente apiculado. Margen lobulado y aserrado y nervios del envés pelosos.
Florece muy temprano, durante la segunda mitad del invierno, mucho antes de desarrollar las hojas. Las inflorescencias masculinas se han formado en el verano anterior y tienen durante todo el otoño e invierno un aspecto cilíndrico, rígido y muy compacto, y de color verdoso; en el momento de la floración se alargan, se tornan péndulas y flexibles, y de tonos amarillentos. Las femeninas solamente se reconocen por la presencia de un conjunto de estigmas rojizos que emergen entre las escamas, y en conjunto recuerdan a una yema de unos 3-4 mm de longitud.
Los frutos -las avellanas- son secos y duros, de unos de 2 cm de longitud, pardo-rojizos, y maduros a finales del verano. Aparecen solitarios o en grupos de 2 ó 3, junto con una envoltura en la base que tiene los márgenes irregularmente dentados.