Todo empezó una tarde de otoño buscando un libro que, aunque no tenía hongos entre sus páginas virtuales, me llevó a perseguir leyendas de hadas, sapos y príncipes en torno a las setas, leyendo y leyendo la explicación resultó muy sencilla; las setas son los “frutos” de hongos (el equivalente a las manzanas con respecto al árbol) que no percibimos porque se ocultan bajo la tierra, no tienen clorofila, les resulta más necesaria la temperatura del suelo que la del aire, la luminosidad no es una cuestión relevante para ellos y se reproducen por esporas, dicho todo esto no es difícil considerar extraños a estos seres tan peculiares que incluso tienen su propio reino el Reino Micelar o Reino Fungi aparte de los tradicionales animal o vegetal.

Algunos de estos organismos mantienen estrechas relaciones con otros habitantes verdes  del bosque, con los árboles; robles, hayas, castaños… Se calcula que son 100.000 las especies conocidas y 300.000 las ya existentes. El hongo más extenso del mundo está en el Parque Nacional Blue Mountain de Oregón, hongo de miel o Armillaria ostoyae que abarca una superficie de 890 hectáreas y tiene una antigüedad de 2.800 años. Dentro de este particular reino además de las setas están las levaduras, los mildius, las royas y cómo no, el “penicilium notatum” con el que Fleming inició con su descubrimiento en 1928, la era de los antibióticos.

Ya en la prehistoria el hombre se valía de las setas y los hongos como sustento y los utilizaba también para encender fuego, fósiles de estos organismos han permitido estimar que el más antiguo de ellos tiene 100 millones de años. Sabemos también que  algunas setas deben su denominación a su presencia en la mesa de los emperadores romanos como la Amanita caesarea, aunque fue otra Amanita, la Phalloides la que acabó con la vida del emperador Claudio cuando su mujer Agripina decidió añadirla bien troceada a uno de sus platos favoritos. Plinio el Viejo había establecido, también en el país de los césares, las primeras normas para distinguir los hongos comestibles de los venenosos.

Tanto tiempo y tanta historia hacen surgir mitos y leyendas como la que nos habla de un momento en el que la sed de Perseo le obligó a utilizar una una seta como vaso improvisado y de esa manera su nuevo reino recibió el nombre de Micenas. Otra vieja leyenda, delicioso cuento nocturno, dice que las hadas se reúnen las noches de luna llena en los claros del bosque para danzar en círculo, ese baile fascina a los sapos que habitan por esos lugares y entonces se acercan sentándose extasiados para contemplarlas. Al día siguiente, de mañana, en aquel lugar en que se hayan sentado aparece un hongo, formándose un círculo. Si los sapos que asistieron al espectáculo eran venenosos los hongos serían tóxicos, por el contrario serían comestibles los que brotaron del asiento de los “sapos buenos”.

Salir a buscar setas es aprender a evadirse y relajarse pero, especialmente, es imprescindible saber identificar y consumir sus ‘frutos’, las setas que recolectamos, con seguridad.

Documentacion:- Bosques Naturales de Asturias de Juan José Lastra fernández

Fungiturismo.com / taurus-hom.com / setasguarena.blogspot.com / lagastroredactora.com

Fotografía(Selva Asturiana)  : Laura Prieto / Ana I. Díaz

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